Uruapan despide a su alcalde: homenaje póstumo a Carlos Manzo en la Pérgola Municipal
Carolina Loa
Uruapan, Michoacán, 02 de noviembre 2025.- La perla amaneció este domingo entre la tristeza y la indignación. La muerte del alcalde Carlos Alberto Manzo Rodríguez, conocido por muchos como el "Bukele michoacano", no solo deja un vacío político, sino también un profundo golpe al ánimo de una ciudad que lo vio enfrentarse, con determinación y sin miedo, a los desafíos de la violencia.
El cuerpo del edil, asesinado la noche del sábado durante la inauguración del Festival de las Velas, será llevado este mediodía a la Pérgola Municipal, donde se rendirá un homenaje póstumo encabezado por las autoridades locales y abierto a toda la ciudadanía. Se espera una multitudinaria despedida, pues desde las primeras horas de la mañana, decenas de uruapenses han acudido a mostrar su respeto y gratitud al hombre que según muchos, dio la cara cuando otros guardaron silencio.
Carlos Manzo fue un político que desafió las inercias. Su figura polémica, pero cercana, se ganó tanto adeptos como detractores. Firme en sus declaraciones y acciones, acostumbraba recorrer personalmente las zonas de mayor riesgo en el municipio, consciente de los peligros que eso implicaba. “No voy a dejar que nos arrebaten Uruapan”, solía decir con convicción, una frase que hoy resuena entre lágrimas y flores.
El atentado que le arrebató la vida refleja, una vez más, la vulnerabilidad de quienes asumen el poder en regiones marcadas por la inseguridad. Su muerte no solo representa una tragedia personal y política, sino también un duro recordatorio de los riesgos que implica ejercer el liderazgo en un territorio donde la violencia ha intentado convertirse en norma.
Mientras la ciudad se prepara para el homenaje en la Pérgola, el eco de su legado político y humano se extiende por las calles. Entre el dolor y la rabia, Uruapan despide a su presidente municipal con el sentimiento compartido de haber perdido algo más que a un funcionario: a un símbolo de resistencia.
Carlos Manzo será sepultado en un acto privado, pero su memoria quedará, inevitablemente, en el corazón de una sociedad que hoy exige justicia y paz.
Uruapan, Michoacán, 02 de noviembre 2025.- La perla amaneció este domingo entre la tristeza y la indignación. La muerte del alcalde Carlos Alberto Manzo Rodríguez, conocido por muchos como el "Bukele michoacano", no solo deja un vacío político, sino también un profundo golpe al ánimo de una ciudad que lo vio enfrentarse, con determinación y sin miedo, a los desafíos de la violencia.
El cuerpo del edil, asesinado la noche del sábado durante la inauguración del Festival de las Velas, será llevado este mediodía a la Pérgola Municipal, donde se rendirá un homenaje póstumo encabezado por las autoridades locales y abierto a toda la ciudadanía. Se espera una multitudinaria despedida, pues desde las primeras horas de la mañana, decenas de uruapenses han acudido a mostrar su respeto y gratitud al hombre que según muchos, dio la cara cuando otros guardaron silencio.
Carlos Manzo fue un político que desafió las inercias. Su figura polémica, pero cercana, se ganó tanto adeptos como detractores. Firme en sus declaraciones y acciones, acostumbraba recorrer personalmente las zonas de mayor riesgo en el municipio, consciente de los peligros que eso implicaba. “No voy a dejar que nos arrebaten Uruapan”, solía decir con convicción, una frase que hoy resuena entre lágrimas y flores.
El atentado que le arrebató la vida refleja, una vez más, la vulnerabilidad de quienes asumen el poder en regiones marcadas por la inseguridad. Su muerte no solo representa una tragedia personal y política, sino también un duro recordatorio de los riesgos que implica ejercer el liderazgo en un territorio donde la violencia ha intentado convertirse en norma.
Mientras la ciudad se prepara para el homenaje en la Pérgola, el eco de su legado político y humano se extiende por las calles. Entre el dolor y la rabia, Uruapan despide a su presidente municipal con el sentimiento compartido de haber perdido algo más que a un funcionario: a un símbolo de resistencia.
Carlos Manzo será sepultado en un acto privado, pero su memoria quedará, inevitablemente, en el corazón de una sociedad que hoy exige justicia y paz.
