Tras su fracaso en cines, Gladiador II ya está disponible en streaming

Fernando Alvarez del Castillo
Más de veinte años después de la obra maestra original, Gladiador II llegó con promesas de grandeza, nombres de peso como Paul Mescal, Denzel Washington y Pedro Pascal, y la dirección de un veterano como Ridley Scott. Sin embargo, a pesar de su ambición visual y un reparto de alto calibre, la película no logró conquistar las taquillas, decepcionando en su paso por los cines y llegando antes de lo esperado a plataformas digitales como Paramount+.
La historia retoma la vida de Lucius, el joven que admiró a Máximo en el primer filme, ahora convertido en un hombre marcado por la guerra y la pérdida. Paul Mescal entrega una actuación comprometida, física y emocionalmente intensa, pero que no termina de conectar con la fuerza dramática que el personaje exige. Su camino como gladiador, si bien visualmente potente, carece del peso emocional y épico que convirtió al original en un clásico instantáneo.
Por su parte, Denzel Washington interpreta a un oscuro manipulador político con carisma contenido, pero su personaje nunca termina de despegar. Pedro Pascal, como antagonista militar, aporta presencia y complejidad, pero su arco narrativo se diluye entre subtramas y diálogos que no siempre encuentran profundidad.
Si bien la secuela tiene aspectos visuales muy impactantes, la historia es baja, sin continuidad antes la primera, y no hay una conexión que avale la segunda, como si ésta, fuera otra historia totalmente diferente, lo único que tiene Gladiador II, es que es muy entretenida.
La secuela intenta rendir homenaje a la primera cinta, pero cae en los excesos del espectáculo moderno, con secuencias grandilocuentes que, si bien impresionan visualmente, no logran compensar un guion irregular, personajes poco desarrollados y una falta de conexión emocional con el espectador.
Gladiador II no es una película fallida, pero sí una oportunidad desaprovechada. Lo que prometía ser una epopeya digna del Coliseo, terminó siendo un eco lejano de la gloria pasada. Ahora disponible en streaming, quizás encuentre mejor recepción en casa, donde el peso de las expectativas sea más leve que el de las arenas romanas.
Más de veinte años después de la obra maestra original, Gladiador II llegó con promesas de grandeza, nombres de peso como Paul Mescal, Denzel Washington y Pedro Pascal, y la dirección de un veterano como Ridley Scott. Sin embargo, a pesar de su ambición visual y un reparto de alto calibre, la película no logró conquistar las taquillas, decepcionando en su paso por los cines y llegando antes de lo esperado a plataformas digitales como Paramount+.
La historia retoma la vida de Lucius, el joven que admiró a Máximo en el primer filme, ahora convertido en un hombre marcado por la guerra y la pérdida. Paul Mescal entrega una actuación comprometida, física y emocionalmente intensa, pero que no termina de conectar con la fuerza dramática que el personaje exige. Su camino como gladiador, si bien visualmente potente, carece del peso emocional y épico que convirtió al original en un clásico instantáneo.
Por su parte, Denzel Washington interpreta a un oscuro manipulador político con carisma contenido, pero su personaje nunca termina de despegar. Pedro Pascal, como antagonista militar, aporta presencia y complejidad, pero su arco narrativo se diluye entre subtramas y diálogos que no siempre encuentran profundidad.
Si bien la secuela tiene aspectos visuales muy impactantes, la historia es baja, sin continuidad antes la primera, y no hay una conexión que avale la segunda, como si ésta, fuera otra historia totalmente diferente, lo único que tiene Gladiador II, es que es muy entretenida.
La secuela intenta rendir homenaje a la primera cinta, pero cae en los excesos del espectáculo moderno, con secuencias grandilocuentes que, si bien impresionan visualmente, no logran compensar un guion irregular, personajes poco desarrollados y una falta de conexión emocional con el espectador.
Gladiador II no es una película fallida, pero sí una oportunidad desaprovechada. Lo que prometía ser una epopeya digna del Coliseo, terminó siendo un eco lejano de la gloria pasada. Ahora disponible en streaming, quizás encuentre mejor recepción en casa, donde el peso de las expectativas sea más leve que el de las arenas romanas.