Domingo, 14 de Diciembre de 2025

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The Gorge: abismo, amor, miedo, y un sola misión.

The Gorge: abismo, amor, miedo, y un sola misión.
Fernando Alvarez del Castillo

Scott Derrickson, director conocido por su habilidad para mezclar lo sobrenatural con lo humano (The Black Phone, Sinister), vuelve con The Gorge, una peli que desafía los géneros y propone una curiosa combinación entre acción, ciencia ficción, romance y terror psicológico. Con un elenco encabezado por Miles Teller, Anya Taylor-Joy y Sigourney Weaver, la película nos sitúa en una enigmática garganta donde dos francotiradores, apostados en torres opuestas, deben vigilar una amenaza invisible. Desde ese aislamiento forzoso, lo que comienza como una misión de vigilancia militar se transforma en una exploración del deseo, la desconfianza y la conexión emocional en medio del peligro.

El film se sostiene visualmente sobre la impresionante fotografía de Dan Laustsen, que convierte el paisaje árido y monumental en un personaje más. Las luces, la niebla y las sombras que cubren la garganta aportan una tensión constante, mientras la banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross refuerza la sensación de encierro y misterio. Sin embargo, más allá de su empaque técnico, The Gorge funciona mejor cuando se detiene en el vínculo entre los protagonistas: dos almas endurecidas por la disciplina, pero que descubren, poco a poco, que su enemigo no está afuera, sino dentro de ellos mismos.

La producción fue una de las apuestas más ambiciosas de Apple TV+, con una inversión que ronda los 75 millones de dólares, aunque su costo total superó los 170 millones al incluir gastos de marketing y distribución. Una cifra considerable para una cinta estrenada directamente en streaming, pero que dio frutos: se convirtió en el lanzamiento más exitoso en la historia de la plataforma, con picos de audiencia en más de cincuenta países durante su primera semana. Su popularidad confirmó que el público busca experiencias cinematográficas intensas también desde casa, incluso cuando las historias no siguen las fórmulas tradicionales.

No obstante, The Gorge no está exenta de altibajos. Su ritmo irregular, especialmente en el primer acto, retrasa el misterio que el espectador ansía descubrir. El guion oscila entre momentos de gran tensión emocional y otros que se sienten previsibles, especialmente hacia el clímax, cuando la cinta parece optar por la acción convencional en lugar de profundizar en su intriga metafísica. Aun así, la química entre Teller y Taylor-Joy, así como el cuidado estético del conjunto, logran mantener el interés hasta el desenlace.

En definitiva, The Gorge es un “blockbuster contemplativo”: espectacular pero introspectivo, imperfecto pero fascinante. Es cine de gran presupuesto con espíritu de laboratorio narrativo, una obra que invita a mirar el abismo, ese lugar donde el amor, el miedo y la soledad se confunden, y a reconocer que a veces, lo más aterrador no es lo que acecha en la oscuridad, sino lo que llevamos dentro.