Viernes, 18 de Julio de 2025

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¿Qué me gustó de... "Mi nombre es Emilia del Valle"?

¿Qué me gustó de... "Mi nombre es Emilia del Valle"?
Por Judy Mena

De la más reciente entrega literaria de la afamada escritora Isabel Allende, "Mi nombre es Emilia del Valle", me gustó que la nueva heroína es una joven audaz, amante de las letras, escritora en ciernes en una época que niega a las mujeres el privilegio de la firma autoral y mujer pionera en el ámbito periodístico de la crónica y corresponsal de guerra; además de ser un espíritu rebelde, resiliente y defensora feminista, como demanda el canon tipológico de los personajes femeninos de la autora (Clara del Valle, Paula, Inés Suárez, Eva Luna, Zarité -mi personaje favorito-, Violeta, etc.). Es así como el título de la obra pudiera haber sido indistintamente “Mi nombre es Isabel Allende”.

La narrativa se encuentra sutilmente ligada, a la historia cumbre de la escritora peruana "La Casa de los Espíritus" con la familia Del Valle, obviamente, también se mezcla con "Retrato en Sepia" a través del personaje infantil de Aurora del Valle; con ello, Allende rinde un pequeño tributo a sus propias letras -y como ya lo hemos sugerido- a su propia vida. Pero, si no has leído estos textos o lo hiciste hace muchos años y no recuerdas exactamente las historias, no te preocupes, que no te harán falta estas referencias para disfrutar las aventuras de Emilia del Valle, hija de una novicia irlandesa y un joven "Don Juan" chileno, cuya crianza junto a la de sus dos medios hermanos quedó en manos de su padrastro (su Papo) y de su madre convertida en educadora y más tarde en panadera.

Emilia, joven escritora ávida de experiencias, que firma sus historias de 10 centavos con seudónimo masculino ha logrado un considerado prestigio, lo que la lleva a su siguiente conquista en la editorial de un periódico californiano para relatar crónicas y más adelante para convertirse en corresponsal de guerra en Chile durante la guerra civil del país donde reencontrará a su padre biológico, sucumbirá al amor y se confrontará con sus orígenes; pero, también, dará rienda suelta a su ímpetu, librará la guerra y descubrirá su lugar en la vida; una vez ganadas las batallas, dominado el dolor, pero, sobre todo, redimido el espíritu en una despiadada guerra, apasionada relación y un hostil viaje al fin del mundo; nuestra heroína dirá con orgullo que le pertenecen sus letras, su lucha e historia, y, su sociedad deberá aceptar a la mujer que escribe, lucha y logra un lugar distinguido dentro de esta.

La narración lleva el sello de la autora y va dirigida a sus seguidores, pero también pretende ganar nuevos adeptos, este es un libro muy esperado y pronto ha conquistado un espacio entre “lo más leído” de las librerías y puntos de venta de Estados Unidos, Latinoamérica y España, pero también en otras latitudes en las que la autora a conquistados corazones, puesto que es publicada simultáneamente en idioma inglés, español, italiano, entre otros, recordemos que los textos de Allende han sido traducidos a 42 idiomas diferentes.

Como recomendación personal para lectores audaces y aguerridos, sugiero cerrar el libro al culminar el capítulo 16 y no sucumbir ante el capitulillo titulado “Epílogo de Eric Whelan, realizado más a gusto editorial que de la propia autora. El final perfecto para nuestra heroína se encuentra en ese punto y no en el desenlace romántico del remate forzado narrado por el personaje masculino. Así lo sentí durante mi lectura y lo confirmé al escuchar la rueda de prensa que la autora realizó en España para el lanzamiento oficial de la novela.

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