Miércoles, 12 de Noviembre de 2025

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Millonario plan por la paz en Michoacán. “No están solos”, dice Sheinbaum.

Millonario plan por la paz en Michoacán. “No están solos”, dice Sheinbaum.
Carolina Loa

Ciudad de México, 12 de noviembre de 2025.- En un momento tan complejo para el paíos, y Michoacán. El pasado 9 de noviembre, en una ceremonia cargada de simbolismo, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó los 12 ejes del llamado Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, un ambicioso proyecto que promete atacar de raíz la violencia en el estado con más de 100 acciones y una inversión de 57 mil millones de pesos. Pero la pregunta que se cierne sobre Palacio Nacional y sobre los propios michoacanos es inevitable: ¿de verdad este plan será distinto a los tantos que se han anunciado y olvidado en el camino?

El discurso suena convincente: más becas, más carreteras, más programas sociales, más coordinación entre fuerzas federales y estatales. Sin embargo, Michoacán ha escuchado ese mismo lenguaje durante décadas. Cada administración promete “atajar las causas” de la violencia y fortalecer la presencia del Estado, pero los grupos criminales siguen dominando amplias regiones, los productores pagan cuotas, y los pueblos viven entre el miedo y la desconfianza hacia las autoridades.

Sheinbaum anunció que personalmente dará seguimiento al plan cada 15 días e informará sus avances mensualmente en “la mañanera del pueblo”. Un gesto político fuerte, pero también un recordatorio de que los resultados serán observados con lupa. Las cifras son deslumbrantes —más de 37 mil millones de pesos en programas de bienestar para 1.5 millones de michoacanos, nuevas carreteras, hospitales y becas— pero detrás de los números está el reto histórico de Michoacán: la corrupción institucional, el poder paralelo de los cárteles y la impunidad que ha vuelto intocable a quienes deberían ser combatidos.

El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla celebró el plan y aportará 2 mil 700 millones de pesos para reforzarlo. Pero los hechos recientes —asesinatos de alcaldes, disputas entre grupos criminales en Tierra Caliente, desapariciones y desplazamientos— dejan claro que el problema no es solo de dinero, sino de estructura y de voluntad política.

A lo largo de los 12 ejes del plan se mezclan buenas intenciones con viejas recetas: más presencia militar, programas sociales y becas, obras de infraestructura, créditos al campo, apoyos a mujeres y jóvenes. Todo eso suena bien, pero la experiencia enseña que sin un combate frontal a la corrupción local, sin limpiar a fondo a las corporaciones policiacas y sin frenar el tráfico de armas y drogas, la paz seguirá siendo una promesa vacía.

La presidenta dice que “la seguridad y la paz son fruto de la justicia”. Tiene razón. Pero la justicia en Michoacán no se construye con anuncios desde el Patio Central de Palacio Nacional, sino con hechos en las comunidades donde aún manda el crimen. El reto no es menor: hacer que esta vez el discurso no se lo trague la historia.

¿Quieres que la reescriba con un tono más irónico o de denuncia periodística directa, tipo columna crítica de opinión? Podría reforzar las frases combativas y las comparaciones con otros planes fallidos.