Martes, 14 de Octubre de 2025

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Morelia, Mich

Aprueban en el Congreso creación del Programa Estatal de Donación Voluntaria de Sangre

Aprueban en el Congreso creación del Programa Estatal de Donación Voluntaria de Sangre
Carolina Loa

Morelia, Michoacán, 14 de octubre de 2025.- En un Congreso muchas veces marcado por el debate político y los intereses partidistas, hoy prevaleció algo distinto, el sentido humano. Con la aprobación de la iniciativa que obliga a la Secretaría de Salud a crear el Programa Estatal de Donación Voluntaria de Sangre, la diputada panista Teresita Herrera Maldonado y su compañero Abraham Espinoza Villa recordaron que la política también puede servir para salvar vidas.

“Donar sangre no es un trámite ni un acto burocrático, es un acto de solidaridad, empatía y amor al prójimo”, expresó Herrera Maldonado desde tribuna, y su frase resonó más allá de las paredes del Congreso. No era una declaración más: era un llamado a la conciencia colectiva, a mirar la salud pública desde la compasión.

En Michoacán, solo el 6.8 por ciento de las donaciones de sangre son altruistas, mientras que el 93.2 por ciento se realizan por reposición o a solicitud de un familiar. Cifras que revelan una dura realidad: la cultura de la donación aún es débil y muchas veces solo surge cuando la urgencia nos toca de cerca.

Esta reforma no es menor. Obliga a la autoridad sanitaria a construir un programa permanente, serio y sensible, que no dependa del impulso de campañas esporádicas o del esfuerzo aislado de hospitales. Es una apuesta por la vida, una política que pone el acento en lo humano antes que en lo administrativo.

Porque, como bien dijo la legisladora: “Detrás de cada persona que necesita una transfusión o un trasplante, hay una historia de vida, una familia que espera, un ser humano que lucha por seguir viviendo.”

En tiempos donde las discusiones legislativas suelen girar en torno a intereses o rivalidades, esta iniciativa se convierte en un recordatorio poderoso: la política tiene sentido cuando toca la vida de la gente, cuando une voluntades para cuidar al otro.

La sangre no se fabrica; se dona. Y en ese sencillo pero trascendente acto, se mide también el nivel de humanidad de una sociedad.